19/12/10

Transparencia



La importancia de las revelaciones de los cables diplomáticos que ha realizado WikiLeaks es proporcional al grado de apatía y desinterés que exhibe la ciudadanía en cuestiones políticas. Esta sociedad anestesiada reacciona de igual manera ante una noticia que muestre las intrigas de un poder político sostenido por medio de intereses lucrativos antidemocráticos que ante la exclusiva de una infidelidad conyugal en un programa del corazón o un error arbitral en un derby televisado.


En cualquier caso, la importancia de las wikirevelaciones es indudable, mucho más cuando confirma lo que ciertos sectores del activismo político vienen denunciando desde hace décadas. Sólo hay que leer cualquier libro de Noam Chomsky sobre la política exterior del Gobierno de los EEUU para observar la trascendencia y las implicaciones de los cables que en la actualidad se han hecho públicos. Porque, en efecto, tras lo curioso de esas intrigas diplomáticas existen decisiones que afectan a las vidas de miles, millones, de seres humanos. Ventas de armas, bloqueos económicos, invasión de países, interferencias legales y judiciales, espionaje, torturas, sobornos... Y un largo etcétera.


Es difícil entrever que detrás de esas decisiones políticas se encuentra el sufrimiento y la muerte de personas. La tolerancia y la indulgencia que ha desarrollado nuestra sociedad ante la miseria humana, la violencia, el asesinato y la injusticia no cesa de aumentar, mucho más cuando alcanza dimensiones desproporcionadas en seres sin rostro. Sin nombre.
Aletargados por los principios que rigen las deterioradas democracias (o sociedades de consumo), hemos normalizado la injusticia, delegando toda actividad política a unos políticos que atentan continuamente contra los intereses de los pueblos que los mantienen, a los que engañan y de los que se enriquecen.


Desde luego, los cables de WikiLeaks muestran la necesidad de realizar una profunda revisión de nuestro sistema político (sometido a los dictados e interferencias del sistema económico). Pero más aún, de revisar e indagar en las causas de la aún más preocupante pasividad y apatía política de la ciudadanía.


Toda política debe basarse, en primer lugar, en la transparencia. La omisión y la ocultación sólo conducen a la mentira. Y la mentira es el germen de la corrupción y la perversión de un sistema político que debería haber sido diseñado para favorecer a la totalidad de los ciudadanos.


Mucho se puede hacer. Y mucho más hay por hacer... Incluso desde la literatura.


Dejemos, pues, la mitología a un lado,
y miremos de frente las causas y las consecuencias de nuestras acciones.
Noam Chomsky, Una nueva generación dicta las reglas

8/12/10

El proyecto



Desde el verano, las entradas de este blog se han ido distanciando. No tanto por dejadez o desidia, sino, más bien, por el peso del silencio. El acto de escribir requiere una motivación, es decir, la necesidad de contar. El problema surge cuando no hay nada que contar, cuando la inanitas verborum constriñe la mente del escritor hasta devorar su capacidad lingüística. Ante el secuestro (o  posesión) de las capacidades creativas del artesano del lenguaje, sólo queda la paciencia. Sin embargo, la ineludible espera, nunca debe tomarse desde la pasividad, sino desde el compromiso de una búsqueda y una actividad que, a largo plazo, será fructífera.

Mi silencio en el blog no ha sido un silencio pasivo; al contrario, me ha volcado aún más en la elaboración de mi próxima novela y la finalización de una obra obra de teatro sobre el nazismo. Mi silencio, mi incapacidad, ha sido utilizado en beneficio de la lectura, en buscar información sobre mis preocupaciones y mis fantasmas, y así, canalizar la afonía de la experiencia hacia la expresividad artística.

Ante el silencio viene bien cambiar de género, o iniciar una búsqueda documental o vital, o escuchar la realidad circundante. Abandoné la poesía, porque todos mis versos ya eran el mismo verso. De mi estupor ante el genocidio contra la población judía de Europa emergió un grito dramático. De mi necesidad de contar está creciendo este nuevo proyecto, el cual ocupa todo mi tiempo y mis fuerzas. Una nueva novela de ciencia ficción que va aumentando en grosor letra a letra, palabra a palabra, página a página. Una novela que alimentará entradas de blog y de la que ya es necesario seguir contando...


Para mí, esos hombres [escritores] que se habían introducido
en mi vida provenientes de la nada eran mi única oportunidad.
Las únicas voces que me hablaban.

Charles Bukowski , La senda del perdedor